No sé ninguna razón por la que un poeta quisiera dieresizar un diptongo (me he inventado el verbo, no lo memorices que te suspenden [en general no memorices para estudiar, mejor simplemente entiende]), con lo bonito que suenan al cantar sevillanas. Pero hay gente para todo.
- EJEMPLOS -
La palabra “miedo” tenía miedo. Pensaba que el diptongo de su primera sílaba le protegía contra las demás palabras. Entonces un poeta pretencioso llegó y rompió su diptongo. De la fractura surgieron dos astillas que quedaron encima: “mïedo” ya no temía, pues se codeaba con “süave” y con “rüido”, máximos exponentes de la alta socïedad.
Una pareja gallega meses antes del divorcio:
-¿Quïeres cüajada?
-Hasta que no pronuncies los diptongos bien, no quiero nada de ti.
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