domingo, 18 de diciembre de 2011

1.1.13. Metátesis

Mi tía Eugenia sufrió una especie de metástasis. Resulta que una semana antes de hacerse aquella lesión por la que necesitó la prótesis, estuvo en Valencia, y bebió agua del grifo. Las sustancias que ingirió le dieron superpoderes al esguince, que intentó propagarse por todo el cuerpo. Por eso tuvieron que cortarle la pierna. Le dio pena enterrarla, así que la abandonó en una gasolinera.

Del mismo modo, la metátesis (transposición) cambia de sitio los sonidos dentro de la palabra.

En general cuando quiero acordarme de qué es la metátesis, pienso en paletos. No de esos que te caen bien, sino esos que hablan tan mal que no se les entiende nada, y que al ver tus intentos de ser comprensivo, te creen condescendiente y te retiran el saludo. O pienso en mi tía Eugenia. Por suerte, mi tía es también un poco así, de modo que igualmente me acuerdo de los paletos.


Metátesis Sencilla:

Un sonido decide tomar la iniciativa y colocarse en donde antes no estaba. Es como cuando entregas tu corazón a alguien.

integrare > entregar


Metástasis recíproca (ojalá se llamara “ida y vuelta”):

Dos sonidos intercambian el puesto. Como cuando ambos cambian de opinión respecto a la actitud del otro.

animalia > alimaña



Fue por los paletos que el vampiro prerrománico se marchó de la península ibérica. Por si la epéntesis no fuera poco suplicio, se le sumó la metátesis. No pudo soportar a toda esa gente diciendo Argelia en vez de Algeria. Diciendo que el uso correcto era murciélago y no murciégalo, transliteración directa del latín. Se marchó una mañana de diciembre, en la que oyó a una señora decir que iba a preparar cocretas.

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